miércoles, 19 de diciembre de 2012

Experimento en Navidad

El lunes hará un año que perdí a uno de mis mejores amigos, solo quiero que pasen estos días lo antes posible, me cuesta aguantar las lágrimas, no me apetece salir ni celebrar nada… y mi humor es cada vez más triste y sombrío. A ver si me explico, si Juanma se hubiera ido en otra fecha, estaría triste, le echaría de menos, pero no estaría enfadada con el universo viendo como todo el mundo se divierte y sale de celebración en el aniversario de su muerte. ¿Por qué hay que ser feliz en navidad?

Somos muchos los que odiamos estos días, no importa el motivo, pero os voy a proponer que hagáis conmigo un pequeño experimento. Es muy sencillo, se trata de no dejar que la navidad nos cambie. Mi teoría es que el estado de humor es contagioso. Reconoce que cuando alguien te habla mal, o te toca una cajera borde en el super, o cuando alguien se cuela delante mientras tú esperas tu turno… te irritas, y lo pagas con la gente que tienes alrededor, generándoles a su vez un estado de estrés e indignación y creando una cadena de malas vibraciones.

Lo que pretendo es que no dejemos que el malestar que nos provocan estas fiestas haga que nos portemos mal con el resto de la gente que no tiene culpa de nuestro estado de ánimo. Es como cuando subes al autobús por la mañana y le das los buenos días al conductor, como cuando cedes tu sitio en el metro o sujetas la puerta para que pase un carrito, si lo haces normalmente, no dejes de hacerlo, si eres buena persona el resto del año…no dejes que el estrés de estas fiestas te haga no serlo.

Solo relájate, respira hondo, sonríe y desea felices fiestas a la persona que tienes delante, te darás cuenta de cómo cambia su cara, le alegrarás el día y eso hará que trate mejor a otra persona, que a su vez cambiará la cara y crearemos una pequeña cadena de buenos sentimientos. No importa si es la cajera, el conductor del autobús, el portero o tu madre. Si les contagiamos armonía en vez de mala leche, hará que también nos traten mejor a nosotros y eso a su vez, provocará que cada vez nos cueste menos relajarnos, respirar hondo, sonreír…  y hará que estas fiestas sean más llevaderas.

¿Lo intentáis conmigo? ¿Qué os parece el experimento? ¡¡Contadnos vuestra experiencia!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario